La propuesta de estos
cuentos es generar un “despertar” en los niños. Despertar de la imaginación,
despertar del juego, despertar de los valores, despertar el respeto a los
mayores, despertar del amor, despertar del disfrute de la naturaleza, y
despertar una energía interior que los ilumine día y noche.
Frente a tantos cuentos infantiles con brujas malvadas y
lobos feroces, surgió en mí el deseo y la necesidad de escribir cuentos
divertidos, que despierten la imaginación de los chicos, donde exista un buen
mensaje para ser disfrutados de principio a fin con un final feliz. Cuentos
donde no existan lágrimas ni golpes bajos, sino historias llenas de inocencia,
descubrimientos y un condimento fundamental: el humor. Encuentro el humor como
un elemento esencial para comunicar y contar historias.
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